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Pour la galerie con Guillermo Cuello
por VERO OCVIRK
"DEMASIADAS PREGUNTAS " . . .
http://veronicaocvirk.blogspot.com/2009/12/pour-la-galerie-con-guillermo-cuello.html
Creo que ésta fue una de las notas más placenteras y divertidas que me tocó hacer en mi vida: salir a recorrer museos y galerías con el artista plástico Guillermo Cuello. Recuerdo que nos encontramos un miércoles al mediodía en el MALBA y de ahí fuimos a Maman, Arte x Arte, Bellas Artes, las galerías de Arroyo y Ruth Benzacar, deteniéndonos frente a cuadros y esculturas y conversando en el camino sobre el arte y la vida. A continuación, entonces, transcribo algunas de sus expresiones frente a distintas obras. (La imagen es “La cocina bohemia", de Miguel Carlos Victorica).
El MALBA en ocho estaciones
1°. Luis Felipe Noe. Algún día de éstos, 1963
“En la época experimental de los '50 - ‘60, en el afán de innovar, a veces se mezclaban materiales grasos con acrílicos. Pero ahora las zonas donde se hicieron esas combinaciones están cuarteadas. Mirá acá: se trata de una pieza del ’63 y tiene cuarteados como si fuera del renacimiento. Ese deterioro de obras fue un problema de muchos artistas, incluso de maestros europeos. Tiene que ver con los acrílicos de aquellos años y con las combinaciones que se intentaron. De hecho tuvo que llegar toda una nueva generación de restauradores de arte contemporáneo para dedicarse a estas obras. No son fáciles de restaurar.”
2°. León Ferrari, sin título, 1979. Alambre de acero inoxidable y soldaduras de plata
“Esta es una creación atípica en Ferrari, porque está dentro de la abstracción del arte cinético. Al desplazarse uno capta una serie de elementos que hacen que la obra vibre y produzca un espasmo visual. Cada vez que te movés -¿ves?- se produce un impacto visual Es poco común esto en Ferrari. Él tiene un estilo más orientado a lo conceptual, lo político, lo religioso”.
3°. Wilfredo Lam, La Mañana Verde, 1943
“Siempre les digo a mis alumnos que vengan a ver esta obra y nunca me dan bola. Creo que Lam alcanza acá la superación del cubismo. Logra dar con aquello que en su momento André Breton también admiró, ese oscilar entre la naturaleza y la cultura, esa cosa de lo salvaje integrado desde la forma, que de golpe pasa del estadio natural al cultural y luego se vuelve a hacer naturaleza, y de la naturaleza salvaje pasa a la simbólica. Y todo eso está agarrado por la forma, ahí me interesa, la forma está por debajo, es lo que subyace.”
4°. Martín Blaszko, El júbilo o la fuerza, 1947
“El es para mí uno de los grandes escultores argentinos, que en realidad nació en Alemania. Es un tipo sabio, respetuoso del material y de una inteligencia plástica sorprendente. En esta pieza no hay ningún perfil ni tampoco masa del volumen que estén reiterados. Todas las superficies van en distintas direcciones, y lo hace tan sutilmente, tan sensiblemente, con tanta sabiduría que no destruye la unidad. Mirá la potencia que tiene esto, es de un carácter monumental: podría estar hecha en diez metros por diez, sería como un Henry Moore”.
Si no me lo decías, jamás hubiera mirado esta pieza. Le hubiera pasado de largo por al lado.
Para mí es la más importante de esta mesa.
5°. Joaquín Torres García. Composición simétrica universal en blanco y negro, 1931
“Este artista aquí se desprende de la geometría euclidiana e incorpora lo que él llamaba la geometría sensible, de raíz indo americana. En esta obra Tores García cambia permanentemente los tiempos de la línea, no aburre en ningún momento”.
Guillermo Cuello: ¿Cuál es el protagonista?
No sé.
Si vos la mirás formalmente…
Disculpame, pero en serio no lo sé.
El espacio. El espacio se traga todo.
6°. Rómulo Macció. Aquel hermano loco de Theo, 1963
“Observé esta pieza varias veces. Es simplista desde el punto de vista del color, pero me recuerda a los maestros de COBRA (Copenhague Bruselas Amsterdam). Tiene un aire de libertad. Macció a mí modo de ver es el tipo más talentoso de aquel grupo y de aquellos años. Tenía mucha fuerza, mucha pasta, mucha sensualidad”.
7°. Juan Carlos Distéfano. Figura acostada, 1972
“La pieza está asociada a momentos muy duros de la historia argentina, pero más allá de eso es interesante ver cómo Distéfano manejó la resina poliéster e incursionó en los materiales sintéticos”.
8°. Gyula Kosice. Resistencia a la gota de agua
“Es de la época de las utopías, de cuando tenían fuerza. Es otro modo de hacer arte que supera el estadio del objeto y trata de plantear un universo a partir del agua”.
Iluminaciones en la galería Maman
“La elección criteriosa de los artistas, los montajes y la iluminación hacen de Maman un gran espacio, creo que ésta debe ser la galería mejor iluminada de Buenos Aires”, dice Cuello y agrega que “la obra está siempre bien presentada, hay volúmenes, espacios, se genera un clima”.
Los porteños, sin embargo, no solemos tener demasiado incorporada la costumbre de entrar a las galerías. Según Hugo Bocciardo, de Maman, “mucha gente pasa y pregunta cuánto vale la entrada. Ven al espacio grande, y lo asocian con un museo, quizás sea culpa de los galeristas. Pero la cosa es que por más que una galería viva de la venta, el arte está hecho para la gente. Y como la mayoría de la obra buena de los artistas está en manos de coleccionistas privados, entonces hay que venir a verla a las galerías”.
Un elegido en el MNBA: Miguel Carlos Victorica
Miguel Carlos Victorica, La cocina bohemia, 1941
“La técnica del claroscuro clásico modelaba las formas utilizando luz, mediatinta y sombra, pero en esas sombras jamás intervenía el color. Eso cambió con la llegada del claroscuro color, una técnica que empezó con Tiziano, Tintoretto y Veronese, se prolongó con algunos artistas del manierismo y logró en Rembrandt su máxima potencialidad.
De todas las formas de la pintura, el claroscuro color es la más difícil, porque las sombras también son de color. La cocina bohemia es una joya del arte argentino en la que se nota con maestría el desarrollo de esta técnica”.
Arroyo, un manantial de arte
La calle Arroyo concentra en la cuadra entre Suipacha y Esmeralda la mayor cantidad de galerías de la ciudad. Van, entonces, tres paradas sugeridas:
1. MAMAN
Hace un par de meses, Maman desembarcó en Arroyo con este nuevo espacio en el que Cuello se detuvo ante un Berni.
Antonio Berni, Casa de chapas. 1958, óleo sobre tela
“Este trabajo tiene la construcción de una obra geométrica abstracta. Esta obra muestra una fuerza tremenda, una gran solvencia. Incluso hasta donde el color se le ensucia, sigue siendo vigorosa”.
2. PALATINA
“Tiene larga data y un respeto especial tanto por los artistas consagrados como por los más jóvenes. Si alguien realmente gusta de la pintura y la escultura, tiene que venir a esta galería. Casi todos los maestros conocidos pasaron por aquí, donde han tenido lugar muestras muy significativas”, señala Cuello mientras se detiene frente a piezas de Raúl Russo, Alfredo Hlito y Víctor Magariños.
3. VAN RIEL
“Es la galería más antigua de Buenos Aires, la fundó mi abuelo en 1924 (en 2004 cumplió 80 años de trayectoria). Después siguieron mis padres y luego yo”, cuenta Gabriela Van Riel, quien agrega: “particularmente, tengo una línea más contemporánea que la que tenían ellos”.
Sobre museos y edificios
Una crítica constructiva al MALBA:
“El edificio es precioso, una joyita en Buenos Aires. Pero a mi modo de ver la superficie útil para exponer es muy pequeña de cara a la construcción. Fijate que va en embudo, por lo tanto cuando se te cierra allí te queda poco espacio para colocar obra.”
Una crítica constructiva al MNBA:
“¡Cámbienle el color!”
Un museo preferido en el mundo:
“Admiro a Frank Gehry, le tengo un gran respeto, así que cuando conocí el Guggenheim de Bilbao me impactó muchísimo. Es el típico edificio que supera la relación entre arquitectura, escultura e instalación, realmente una obra de arte”.
Contrapunto
¿Cuál es la mejor forma de ver un museo? ¿Es preferible saber de antemano algo sobre los artistas? ¿O conviene llegar y lanzarse a observar sin ningún tipo de referencias? “Es como todo –dice Cuello–. Si vas a buscar novio, ¿ves el currículum vitae, o querés primero conocer a la persona?”. Sería, en otras palabras, algo así como que al arte no hace falta entenderlo, porque por el arte hay que dejarse enamorar (aunque hay que reconocer que un buen CV siempre entusiasma).
¿Óleo? ¿o acrílico?
El acrílico tenía para algunos artistas la cuestión ésta de que les permitía una velocidad tremenda de ejecución con un secado rápido, podías por ejemplo retocar varias veces en el mismo día, o al día siguiente. En cambio el óleo no. Tiene sus tiempos. El acrílico es en general es un material muy luminoso, con fuerza lumínica. Y de no mucha profundidad de campo. El óleo te permite una serie de veladuras y transparencias con sutilezas y semitonos muy finitos, muy delicados, que los grandes maestros utilizaban, donde la profundidad del espacio era realmente alcanzada.
Nunca pensé que podría tener tanto que ver…
Es determinante. Absolutamente determinante. Cambia el espacio. La otra diferencia con el óleo es que el óleo permite una mayor cantidad de mezclas entre tonos y entre colores, por eso si tu sensibilidad es muy grande la cantidad de semitonos y cuartos de tono de color que podés sacar con él óleo son tremendas, treinta veces superiores a lo que podés hacer con el acrílico. El acrílico hoy en día, incluso con los más modernos, no permite tanta variedad. El acrílico resiste tres o cuatro mezclas, y después no más.
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* UN PERFIL. Guillermo Cuello (Buenos Aires, 1959) es artista plástico “de nacimiento” y trabajó en España, Bélgica, Holanda y Estados Unidos. Realizó hasta hoy más de 80 exposiciones individuales y ha participado en más de 70 muestras colectivas nacionales e internacionales. Las obras de Cuello forman parte de museos de Bélgica, Austria, Estados Unidos, Gran Bretaña y España, mientras que en la Argentina algunos de sus trabajos pueden verse en el MACLA (Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano La Plata), en el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, en la Secretaría Provincial de Educación de La Plata y en la Fundación Museo de Arte Abstracto de Buenos Aires.
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Con motivo de la primera presentación del 2016 de mi libro, *A PARTIR DE
LAS AUSENCIAS. UNA EXPERIENCIA CON EL ARTE ARGENTINO CONTEMPORÁNEO*, los
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